El
espectáculo
juega y manipula a
su antojo una “cantología” que ejecuta el Niño de Elche,
cruzando hábilmente por diversos palos y formas del cante, y
que vemos repetirse una y otra vez, donde baile, cante y
guitarra se van sofisticando a cada paso, rizando el rizo,
en un acto de absoluto malabarismo escénico, hasta
trasgredir del todo el material de inicio.
YA!
es el ahora, la inmediatez del presente y el espíritu con el
que se enfrentan a este trabajo: sin artificios, sin
excusas, sino con la única pretensión de entregarse y
entregar su bien hacer, de sumar energías y experiencias,
con la libertad salvaje y la maravillosa locura de los
artistas inquietos que se sienten en la necesidad de la
constante búsqueda y de alejarse de la comodidad de los
terrenos ya conocidos.
En
YA! Hay flamenco
en estado puro, hay teatralidad, hay humor y hay excelencia.
Pero sobre todo hay ganas de divertirse y de divertir al
público. La absoluta conexión entre los tres intérpretes, la
intimidad que existe entre ellos y con la escena, creará
también esa relación de complicidad con el público que, como
quien asistiera a un ensayo, participará y disfrutará de sus
intentos, de sus aciertos y desaciertos y de su poderoso
carisma.
(Datos que me facilita Endirecto de M- M.)
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